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Dieta de las 19h (I). Alimentación en la mañana o fase matutina
¿Llega la hora de la merienda y cambiarías el café por una gran taza de chocolate? Es muy común a estas horas sentir el deseo irrefrenable de pasteles, chocolate, chucherías, mermeladas,… Esta sensación es generalizada en la población ya que los ritmos circadianos, el metabolismo y la nutrición están estrechamente vinculados.
Al llegar la hora de dormir comienza la síntesis y secreción de serotonina, hormona encargada de regular el sueño e inhibir el apetito, en particular, el deseo por el dulce. A medida que aumenta la concentración de esta hormona disminuye el hambre. Durante la noche, nuestro organismo mantiene la concentración hormonal en sangre elevada, alargándola hasta primera hora de la mañana. Este es el motivo por el cual al despertar gran parte de la población sufre un rechazo al desayuno o simplemente no tiene hambre. Sin embargo, a eso de la media tarde se produce un brutal bajón de esta hormona en sangre, llegando a sus niveles mínimos hacia las 19 h (de ahí el nombre de la dieta), que origina el deseo incontrolable de comer dulce.
Junto con la adrenalina y la dopamina se completa la triada hormonal encargada de mantener el cuerpo en estado de vigilia y subir el azúcar en la sangre a fin de cubrir la demanda energética que supone la salida del sol y el comienzo de cada mañana.
Por lo tanto, en armonía a la fisiología, durante la mañana debemos ingerir carbohidratos de absorción lenta, especialmente en el desayuno, y sustituirlos por proteínas y vegetales a partir de mediodía. La ingesta de hidratos de carbono hace que se secrete insulina que a su vez facilita la liberación de serotonina. Esto quiere decir que, tomar hidratos de carbono en la mañana controla el deseo de comer dulce en la tarde.